Las
Russula mairei resplandecían bajo el roble. Perfectas
-
pensó, mirando su pie hueco y su robusta cabeza. Era por todos
sabido que las Amanita muscaria ya no eran tan apreciadas como
antaño: unos las temían porque podían confundirse con oronjas; y
otros las consideraban anticuadas y preferían las Laccaria
amethystina y su moderno color violeta, o las Astraeus
hygrometricus con su vanguardista forma de estrella. Pero él se
decantaba por estas mairei: su sabor las hacía incomestibles
y su ubicación, inexpugnables. Y qué vistas...
-“Urbanización de Verano David”; será todo un éxito-
se dijo el gnomo, frotándose alegre las manos.
Gema Bocardo ©
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Beechwood Sickener |
Escribí este microrrelato para un concurso organizado por Archivos de Micología. Los requisitos: micro de menos de cien palabras y que tratara sobre setas. Tuve muy clara la historia, y tras documentarme para encontrar ejemplares que se ajustasen al micro, éste es el resultado. Obviamente está escrito para amantes de la micología, así que para aquellos que no lo seáis, aquí están las setas que nombro para que lo entendáis mejor.
Amanita Muscaria. Ésta es la seta que se considera vivienda de los gnomos en los cuentos. Pero se confunde con la Oronja, que sí es comestible, por esos dos motivos es mala elección: la considera clásica (pensemos en un constructor) y peligrosa porque un humano puede arrancarla por error.
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J.C.Schou |
Laccaria
amethystina, con un color atrevido para el gusto del personaje.
Astraeus
hygrometricus y su diseño vanguardista.
Me da que a David no le gusta demasiado Gaudí.